Jávea, a lo largo de los años, ha sabido mantener su esencia a pesar de la influencia del turismo que comenzó a ganar fuerza en los años 60.
Este cambio, que transformó la economía local de una sociedad agrícola y pesquera a una enfocada en el turismo, ha dejado huella tanto en el paisaje como en la cultura del pueblo.
Una de las costumbres más arraigadas en Jávea es la relacionada con la producción de pasa, una actividad que fue crucial para la economía local durante muchos años. Cada verano, las familias se trasladaban a sus casitas de campo para participar en la recolección de uva, principalmente la variedad de moscatel, utilizada para la producción de la famosa pasa. El proceso incluía la vendimia y el horno de escaldar, donde la uva se preparaba para su posterior secado. Aunque esta actividad ha perdido importancia con el tiempo, su legado sigue presente en el paisaje y en los tradicionales riu raus que se utilizaban para secar las uvas al sol.
Otro de los eventos que refleja las costumbres de Jávea es el mercado que se celebra todos los jueves en la Plaza de la Constitución. Este mercado, conocido como El Buit, es un punto de encuentro para locales y visitantes donde se puede comprar desde fruta y verdura fresca hasta embutidos, ropa y productos típicos de la zona. Es una costumbre que se ha mantenido viva, permitiendo a los habitantes de Jávea continuar con su estilo de vida mediterráneo.
Entre los oficios que siguen vivos, se encuentra el de los rederos. Antiguamente, este trabajo, relacionado con la confección y reparación de redes y velas, estaba a cargo de las mujeres de la localidad. Aunque ha disminuido con el tiempo, sigue siendo parte de la cultura marítima de Jávea. Por otro lado, el rito de la subasta del pescado, que se realizaba antiguamente sobre la arena de la playa, se lleva a cabo hoy en día en la Lonja, manteniendo viva la tradición de valorar el trabajo diario de los pescadores.
Entre los deportes que forman parte de la cultura de Jávea destaca la Pilota Valenciana, el deporte más antiguo y representativo de la comunidad valenciana. Las modalidades más populares en la zona son el raspot y el a llargues, donde los jugadores compiten en un juego que ha sido transmitido de generación en generación.
Otra actividad muy peculiar que sigue siendo popular entre los locales es el juego con palomos deportivos, o colombaires, una tradición que ha perdurado en Jávea y el País Valenciano a lo largo de los años.
La llegada del turismo en los años 60 transformó radicalmente el estilo de vida en Jávea, que pasó de depender de la agricultura y la pesca a adaptarse a una nueva realidad económica. A pesar de estos cambios, las costumbres locales han encontrado formas de perdurar y adaptarse a la modernidad, como se puede ver en el equilibrio entre las antiguas tradiciones y las nuevas dinámicas turísticas.
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